Un síntoma habitual es esa sensación de dolor interno, emocional y algunas veces sin razón aparente, que nos toma, o esa es la sensación.
Algo nos interrumpe y clama nuestra atención. Un llamado del organismo nos invita a registrarnos, a reflexionar acerca de lo que nos pasa.
La angustia siempre remite a algo aún cuando no lo sabemos, siempre ensayamos un “debe ser por esto o aquello” y muchas veces tiene que ver con situaciones de vida que externamente no pueden ser modificadas. Ya sea para hallar la causa de la angustia frecuente o para hacer modificaciones para enfrentar las causas o sencillamente para elaborarla, es necesario de otro u otra que nos alhoje , valide nuestro sentir y nos guíe en la búsqueda de descubrir e innovar herramientas para abordar las causas de la angustia, ya sean pasadas o actuales. Debido a que una angustia frecuente implica que ya intentamos abordarla solos y nuestra visión, estados de consciencia y recursos psíquicos no han alcanzado para subsanar la causa subjetiva, esto es el sentido o significado que le dimos a la causa y necesitamos resignificar y redefinir desde una nueva perspectiva, propia, pero diferente a las sostenidas hasta la actualidad.
Lic. Jesica Tchukran