La fobia instala un miedo recurrente e irracional en nuestras vidas. Los desencadenantes pueden ser elementos, objetos, espacios , situaciones o actividades, generando siempre efectos que nos incapacitan y afectan de tal modo que nos impide llevar a cabo una vida plena y normal.
El origen de estos miedos intensos suele encontrarse en experiencias desagradables o traumáticas generalmente de la infancia aunque también existen otras causas más complejas.
En rasgos generales la persona que lo padece, experimenta situación de peligro de la que no puede escapar, y ello desemboca en un miedo intenso e irracional, una fobia que desencadena conductas evasivas.
Las fobias deterioran de modo significativo la calidad de vida y la salud tanto dista como mental y pueden agravarse y expandirse a otras nuevas situaciones diferentes de la original.
Frecuentemente aparecen junto a síntomas de ansiedad, pánico, miedo intenso, la incapacidad de hacer frente a determinadas situaciones u objetivos a los que se teme
A nivel físico muchas veces se experimentan sofocos, taquicardias, bloqueos mentales o emocionales, desmayos, sudación excesiva, desconcierto, nauseas, dolor de cabeza intenso, dolor o bloqueo de algunos musculos, garganta o pecho cerrado, nudos en el estomago, ademas de descompensaciones particulares dependiendo de la persona.