Como bien dice el título ese mundo interior que todas y todos poseemos tiene requerimientos para su buen funcionamiento. Está compuesto de aspectos conscientes, que vivenciamos y conocemos y de otros inconscientes que no. Éstos últimos son tan universales como la conciencia y son aquellos que buscamos develar. En la vida cotidiana hay muchas cosas que no sabemos por qué pensamos, hacemos, decimos, con las que no estamos conformes, y eso se debe a que no conocemos directamente todo el espectro de nuestro espacio interno y que mucho se escapa a nuestra voluntad consciente. Dificultando incluso muchas veces nuestros vínculos, proyectos y ni hablar de la construcción de síntomas físicos y psicológicos que se convierten en un pesar que empeora nuestra calidad de vida. Por eso, por más que no tengamos conciencia de éstos aspectos, sí sufrimos sus efectos.
En las terapias no se busca develar todo el aspecto inconsciente porque eso sería imposible. Pero se trabaja sobre aquellos contenidos que nos afectan cotidianamente. Esto es un requerimiento para conocernos, entendernos y tener un verdadero control del camino que toma nuestra vida interior y exterior.
Lic. Jésica Tchukran